sábado, 18 de febrero de 2012

A hand to hold

Please, don´t leave me alone
I really need you
really need a hand to hold
No te vayas, no te alejes más de mí. Sin ti vivir sería una agonía. No puedo imaginarme una vida sin ti. Así que quédate conmigo, no te vayas. No me abandones de esta manera. Te necesito. Contigo o sin ti, sabes que te seguiré amando.
Please, don't go away from me
I'm nothing without you
I want to see you smile again
I want to hold your hand again
Y te fuiste, te fuiste sin despedirte, ni un adiós ni nada. Me dejaste sola, sola en la oscuridad, donde no tengo nada ni a nadie, donde tú eras mi único consuelo. Donde eras la salida de este oscuro túnel. Pero ahora nada importa, nada importa desde que te fuiste, desde que me abandonaste.
And in this moment
I'm waiting for my end
For our end
'Cause you know that 
we're going to die
Porque desde que te fuiste, desde que te fuiste a la guerra, no quedó nada en mi vida. Todos los días te esperaba en el porche de nuestra humilde morada, donde cada mañana me dabas un beso de despedida. Pero ahora será imposible, la guerra seguirá. Muchos hombres morirán. Al igual que moriste tú. Pero no me importa, todos merecen morir, desde que me abandonaste y me soltaste la mano. La tuya tan cálida, y la mía tan fría.
I need a hand to hold

martes, 7 de febrero de 2012

Dead

Frente a mí se hallaba un cuerpo cubierto de sangre fresca. Bajo el claro de la luna, se veía brillante, irreal. Pero no podía cambiar el hecho de que había matado a alguien. Miré a mi alrededor. No había nadie. De modo que nadie me vio cometer este asesinato. Pero no podía simplemente largarme y dejar el cuerpo tirado, así que fui arrastrándolo por el oscuro bosque, donde la única fuente de luz era la luna. Las ramas se enganchaban entre mis ropas y las del cadáver. Mis piernas desnudas estaban llenas de heridas y arañazos causadas por la maleza. Debía de darme prisa. Pronto amanecería, y si no me deshacía del cuerpo, la policía podría pillarme y no quería acabar junto con la chusma. Tiré el cadáver al abismo, y no me fui hasta oír el golpe sordo del cuerpo inerte al estamparse contra el suelo. Intenté borrar sin éxito alguno el rastro de sangre, ya seca. Cogí mi mochila, y me cambié mis pantalones cortos y mi camiseta destrozada por unas vaqueros y una sudadera, intentando ocultar los signos de lo que acababa de ocurrir. El olor a sangre no era muy grave, de modo que lo dejé estar. Tiré la ropa sucia por el abismo y me fui de allí corriendo.