martes, 7 de febrero de 2012

Dead

Frente a mí se hallaba un cuerpo cubierto de sangre fresca. Bajo el claro de la luna, se veía brillante, irreal. Pero no podía cambiar el hecho de que había matado a alguien. Miré a mi alrededor. No había nadie. De modo que nadie me vio cometer este asesinato. Pero no podía simplemente largarme y dejar el cuerpo tirado, así que fui arrastrándolo por el oscuro bosque, donde la única fuente de luz era la luna. Las ramas se enganchaban entre mis ropas y las del cadáver. Mis piernas desnudas estaban llenas de heridas y arañazos causadas por la maleza. Debía de darme prisa. Pronto amanecería, y si no me deshacía del cuerpo, la policía podría pillarme y no quería acabar junto con la chusma. Tiré el cadáver al abismo, y no me fui hasta oír el golpe sordo del cuerpo inerte al estamparse contra el suelo. Intenté borrar sin éxito alguno el rastro de sangre, ya seca. Cogí mi mochila, y me cambié mis pantalones cortos y mi camiseta destrozada por unas vaqueros y una sudadera, intentando ocultar los signos de lo que acababa de ocurrir. El olor a sangre no era muy grave, de modo que lo dejé estar. Tiré la ropa sucia por el abismo y me fui de allí corriendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario